Cuando se cumplen diez años de las inundaciones que se produjeron en Villarrubia de los Ojos (Ciudad Real), podemos comprobar que todavía se hacen visibles sus efectos.
Afortunadamente no ocurrieron daños personales graves, hubo situaciones de extrema gravedad y que pudieron ser paliadas gracias a la intervención heroica de los vecinos.
Si la crecida de agua se hubiera producido de noche o no hubiera existido la intervención altruista de muchos villarrubieros, posiblemente habría habido varias víctimas mortales.
Si la crecida de agua se hubiera producido de noche o no hubiera existido la intervención altruista de muchos villarrubieros, posiblemente habría habido varias víctimas mortales.
Después de diez años, se han hecho obras de un gran calado que presuntamente impedirán la crecidas de agua en el interior del núcleo urbano. Se han adecentado todas las vertientes de agua de casi todas las entradas al municipio, incluso por las que no transita el agua.
Sin embargo, una de las zonas más afectadas y en la que se produce la mayor elevación de la crecida de agua, no solo no se ha intervenido en modo alguno, sino que además tampoco se han reparado los daños de todos los desperfectos que se produjeron en los aledaños por la corriente del agua. Nos referimos a la Avenida del Caz, en el tramo de la calle Pozo de la Nieve a Carretera de Daimiel.
Los propietarios de esta zona vieron -estupefactos- cómo, en su día, se construyó ronda sobre el nivel del suelo con el vertido de tierra, posterior compactación y alquitranado. Esta obra supuso el tapado definitivo del caz o arroyo por el que drenaba el agua por desnivel de esta zona de Villarrubia de los Ojos hacia la Madre Chica del Río Giguela.
El drenaje del exceso de lluvia se hace imposible si no se sobrepasan los niveles que condenan al estancamiento del agua hasta que por desecación natural es aliviada.
El drenaje del exceso de lluvia se hace imposible si no se sobrepasan los niveles que condenan al estancamiento del agua hasta que por desecación natural es aliviada.
Lejos de prever un drenaje con mayor caudal y mayor profundidad para evitar estancamientos y rebosamientos se hizo todo lo contrario, construir viales de drenaje de aguas residuales y de tránsito por encima de este nivel.
Después de comprobar los efectos que produce generar estos diques al curso natural del agua con la contsrucción del alcantarillado por encima del nivel del suelo y del curso natural del agua y de la posterior vía rodada sobre este, lo que se esperaba es que se hicieran actuaciones encaminadas a reducir el riesgo de inundación. Sin embargo en esta zona no solo no se hizo nada, sino que además se dejaron los efectos de la tormenta tal y como se habían quedado.
Estas inundaciones tuvieron mucha repercusión en los medios de comunicación, de hecho sirvieron para modificar la trayectoria de nuestros dirigentes políticos, fue el final de un ciclo y el comienzo de otro. Para unos supuso una amenaza de desparecer por utilizar sin mesura el victimismo y para otros una oportunidad muy bien aprovechada por aparecer como los primeros en llegar a las catástrofes.
Sea como fuere, tanto unos como otros han tenido tiempo de prevenir y de curar. Se han hecho muchas cosas pero otras se han quedado sin hacer.
No hay que hacer grandes esfuerzos para comprobar el olvido de la zona castigada y todavía no recuperada, transitando por las distintas zonas se observa la diferencia.
Mientras tanto, a los propietarios afectados nos queda seguir solicitando que se reparen los efectos de las inundaciones y que se mejoren los viales públicos para que no se sigan produciendo vertidos.
Con muy poca inversión esta zona ganaría atractivo ya que es un lugar de tránsito hacia el río. Es una entrada a Villarrubia de los Ojos desde Daimiel, se divisa la sierra y parte del pueblo y tiene unos recursos paisajísticos poco valorados.
Animamos a nuestras autoridades locales a que definitivamente adecenten esta zona.
El año 2007 representó para muchas familias el adelanto de la crisis que se nos vendría encima, ese año muchos agricultores perdieron toda su cosecha, muchos jornaleros la posibilidad de conseguir jornales y los propietarios de casas afectadas se quedaron con daños que todavía se dejan sentir. Se quedó también la psicosis justificada de nuevas inundaciones, de hecho, en muchas casas se puede comprobar la existencia de doble puerta para los casos en los que se avecinan lluvias intensas.
El año 2007 representó para muchas familias el adelanto de la crisis que se nos vendría encima, ese año muchos agricultores perdieron toda su cosecha, muchos jornaleros la posibilidad de conseguir jornales y los propietarios de casas afectadas se quedaron con daños que todavía se dejan sentir. Se quedó también la psicosis justificada de nuevas inundaciones, de hecho, en muchas casas se puede comprobar la existencia de doble puerta para los casos en los que se avecinan lluvias intensas.
Video de 22 segundos de la Avenida del Caz en la zona en la que no se ha realizado actuación alguna para paliar los daños ni para adecentarla tras los efectos de las inundaciones. Tampoco se han prevenido en la zona las obra que permitirían prevenir la crecida en esta zona.