Mala cosa la de intentar dirimir la responsabilidad de cada interviniente en una reyerta con resultados de lesiones. Peor aún cuando estos tienen antecedentes penales que te producen escalofríos. Mucho peor cuando además los anteriores abogados designado por el turno de oficio han renunciado a su defensa y acusación particular y como para nota cuando descubres que los testigos están protegidos.
En fin, todo un poema.
Ya veremos en qué queda esto.
De entrada, tres horas de lectura del expediente completo, a partir de aquí puede pasar de todo.
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