viernes, 17 de septiembre de 2010

Enfrentarse a los propios miedos, principal problema del abogado incipiente.

Enfrentarse a los propios miedos, principal problema del abogado incipiente.
De la entrevista realizada en la sección "La mutualidad al día" de la revista "Mutualidad de la Abogacía" del número 63 de septiembre de 2010 a Mayte López Pérez-Cruz, Presidenta de la Confederación de Abogados Jóvenes, me quedo con dos preguntas y lógicamente con sus respectivas respuestas. En ella se destacan las esencias de la dificultad del inicio de la profesión de abogado.

Pregunta: Desde tu propia experiencia, dinos qué ventajas e inconvenientes tiene ser joven para dedicarse a la abogacía.
Respuesta: Parto de la base que no le veo inconvenientes salvo que los años de experiencia que, obviamente le faltan al joven abogado en su reciente andadura profesional, se puede ver como tal. Veo más como un inconveniente el carácter individualista de la profesión que puede resultar muy duro al principio y por ello considero fundamental fomentar el corporativismo, las Agrupaciones de Jóvenes Abogados y la vida colegial. La "terapia de grupo", ver que tus angustias son compartidas por otros compañeros es el impulso que necesitas para enfrentarte a los problemas del ejercicio diario.
La ventaja es, indudablemente, la ilusión de los comienzos y las ganas de trabajar en una profesión tan vocacional como la nuestra, tan dura y tan apasionante al mismo tiempo.
 Pregunta: ¿A qué problemas se enfrenta un joven abogado al empezar a ejercer la profesión?
Respuesta: Quizás el problema común, tanto para el abogado joven que trabaja por cuenta propia como para el que trabaja por cuenta ajena, sea el enfrentarse a sus propios miedos. No es fácil la puesta en escena de tu primer juicio, ni tu primer cliente, ni tu primera asistencia en el turno de oficio penal…Superado este momento inicial es obvio que los problemas de quien trabaja como autónomo a quien lo hace por cuenta ajena son diferentes. En el caso del autónomo el problema, desde mi punto de vista personal,  radica en primer lugar en conseguir mantener tu despacho, crecer como profesional y multiplicar los clientes. Para el joven abogado que trabaja por cuenta ajena la vida profesional tampoco es un camino de rosas, supone muchas horas de trabajo en un mundo competitivo, y debemos añadirle la carencia de un convenio colectivo específico que regule la profesión.

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