miércoles, 11 de marzo de 2020

Acoso inmobiliario rústico, blocking, stalking, mobbing o bulling vecinal...

Acoso inmobiliario rústico, blocking, stalking, mobbing o bulling vecinal... 
Manuel Zamora Soria, ciudadano y pequeño propietario rústico. Marzo 2020.



Acoso inmobiliario rústico, blocking, stalking, mobbing o bulling vecinal,...se llama ya de muchas maneras, pero  aún  no hay una protección específica para los micropropietarios emocionales de pequeños predios rústicos que sufren estas conductas permanentemente de sus vecinos.
La mayoría de las personas afectadas venden o ceden a la coacción abandonando la parcela. El maltrato psicológico que supone comprobar el poco respeto que tiene tu vecino cada vez que hace una incursión con la escusa de estar haciendo una tarea agraria, va haciendo mella. 

Resulta muy doloroso comprobar cómo se intenta alterar la realidad de un espacio al que el propietario se siente especialmente conectado. La "afección" por la tierra en la legislación que regula la expropiación, se llega incluso a catalogar como un premio adicional al precio, consistente en un 5 por ciento más. Sin embargo, comprobar que alguien te va quitando poco a poco lo que es tuyo, que ha sido de tus padres, abuelos, bisabuelos simulando nuevos trazados se ha normalizado, cuando debería ser catalogado como un castigo que no te puede proferir ni el propio Estado invocando el interés general. 

En este caso, estamos ante un vecino que invade insistentemente una zona común de paso llamada la "Senda de los perales" y un pequeño tajón, llamado "Tajón de los garbanzos" en el paraje de Villarrubia de los Ojos conocido como "Fuentes de Macho". 

En cinco meses ha arado innecesariamente esta zona seis veces seguidas, sin intercambiar diálogo, ni intentar un acuerdo, ni proponer alternativas. El arado abusivo manda, se ejecuta a golpe de pasada de potente tractor arrastrando un apero que hace una labor profunda, con pleno conocimiento y voluntad del daño que se hace, físico a la finca y moral al propietario afectado. 



Desde que se iniciara el ciclo o año agrario con el otoño, se ha remarcado la linde de la senda de los perales de Fuentes de Macho en seis ocasiones: 27 de octubre de 2019, 15 de diciembre de 2019, 8 de febrero de 2020, 16 de febrero de 2020,  23 de febrero de 2020 y 29 de febrero de 2020. 

Las tareas puramente agrícolas que se corresponden con el estado actual de barbecho son de arado en dos ocasiones. Con el arado en ocasiones se puede justificar  la aproximación o la incursión. Sin embargo resulta difícil justificar cuando sencillamente no se ara el barbecho y sencillamente se entra a la finca  a eliminar los hitos y marcas. Es decir, el propietario que intenta confundir las marcas ha entrado cuatro veces innecesariamente para eliminar la indicaciones realizadas para delimitar nuevamente la finca, sencillamente con el único afán de aparentar su dominio pleno sobre la zona que pretende confundir.

La imagen de los árboles caídos tras su último arado en la zona del "levante" que linda a una servidumbre de paso permanente y arroyo público, da buena muestra de su comportamiento. Si trata así esta franja de espacio público, que en modo alguno puede integrar a su dominio, cómo no va hacer lo mismo en el resto del perímetro.

Imagen de la invasión del arroyo servidumbre existente llegando a derribar árboles existentes.


Es evidente que esta conducta es irregular y cabría esperar la intervención de las distintas Administraciones Públicas que pudieran tener competencias en la gestión de estos conflictos.

Los servicios de Guardería Rural pueden mediar y recomendar mejorar las prácticas abusivas, injustificadas y desproporcionadas. Los Agentes Medioambientales también pueden intervenir especialmente si se invaden zonas públicas y si se altera el paisaje y se daña la flora y fauna silvestre. La Guardia Civil debería también poder atestiguar que la reiteración, el abuso, la desproporción y la falta de justificación para atentar contra las lindes pueden llegar a ser considerado delito. 

Desde las asociaciones agrarias, desde las cooperativas, desde las concejalías, diputación provincial, consejerías y Subdelegación del Gobierno también se puede intervenir para que se visualice la protección a los pequeños propietarios.

Nos queda el consuelo de compartir esta mala praxis con la esperanza de que se pueda corregir, al paso también van apareciendo "valientes contra el acoso ínmobiliario rústico" que van proponiendo vías de solución y que no se callan ante la ley del más fuerte. Compartir estos sucesos con los conocidos y las autoridades competentes ayuda a visualizar el problema. Los modernos sistemas de información geográfica y las bases de datos de fotografías aéreas antiguas, además de la tradición transmitida también ayudan. 

También cabría esperar algún cambio en el Código Civil para la protección de estos pequeños predios y en el Código penal para la protección de las víctimas de estos sucesos Que el valor económico sea pequeño no significa que no duela a la víctima, la duración y continuidad del abuso no ayuda a acortar el sufrimiento de quien padece un trato vecinal abusivo.  

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